La agricultura boliviana enfrenta, al mismo tiempo, un desafío y una oportunidad: adaptarse a los más altos estándares internacionales para acceder a mercados con un enorme poder de compra, como la Unión Europea, que, con más de 450 millones de consumidores y una política cada vez más estricta en materia de inocuidad, trazabilidad y sostenibilidad, es el anhelado destino que recompensa a quienes producen con responsabilidad, no así, a quienes no cumplen con ello. En este escenario, AGRISOS S.R.L. – Agricultura Sostenible, aparece como un ejemplo de lo que implica competir frente a terceros, en óptimas condiciones.
Fundada en 2001, como una pequeña empresa, AGRISOS entendió que exportar no es tan solo vender lo que se produce, sino, producir lo que el mundo demanda. De ahí que su modelo no se limita al sésamo, el frejol o la chía como materias primas, sino que los cultiva hacia su diferenciación con prácticas regenerativas, bioinsumos, rotación de cultivos y estrictos protocolos de trazabilidad. Estas buenas prácticas no solo protegen el suelo, sino que responden a las exigencias de mercados donde, para venderse, cada lote debe demostrar su origen, inocuidad y respeto ambiental.
La Unión Europea, pionera en regulaciones verdes, es un mercado en el que se define el futuro de la agroexportación, ya que sus nuevas exigencias sobre debida diligencia ambiental y social (due diligence) son filtros que no todos logran superar. Pero, AGRISOS ha demostrado que sí es posible. Con certificaciones como ISO 9001 e ISO 22000, habilitaciones específicas y un modelo de sostenibilidad integral, se abrió camino a Europa y otros países, exportando sus productos con garantía de calidad y trazabilidad, como estandartes.
Sin embargo, el impacto va más allá del comercio. Cada exportación responsable de AGRISOS posiciona a Bolivia como un socio confiable en cadenas globales donde se paga por lo saludable, lo trazable y lo sostenible. Este enfoque no solo genera divisas, sino que multiplica oportunidades: Más de 500 productores bolivianos se integran a una cadena que puede beneficiar hasta 3.500 familias al año, mientras que en su planta procesadora, más del 60% del personal son mujeres que acceden a empleos dignos y estables. Así, cada embarque no solo lleva granos, sino también historias de inclusión y desarrollo.
La gran lección de AGRISOS es clara: El futuro del agro boliviano no está en competir por precio en mercados secundarios, sino, por calidad en mercados premium. Europa demanda alimentos seguros, nutritivos y producidos con responsabilidad ambiental y social. Cumplir con tales estándares es una ventaja estratégica pues abre puertas a contratos estables, a precios diferenciados y a una reputación internacional que produce un crecimiento previsible y sostenido.
El Consejo Editor de “Comercio Exterior” decidió dedicar la presente edición para reflejar este caso de éxito en el sector agrícola boliviano, en el marco del Programa AL-INVEST Verde financiado por la Unión Europea/sequa, que dio lugar al “Proyecto Vía Verde: Exportar con Sostenibilidad”, inspirado en el Reglamento (UE) 2023/1115 del Parlamento Europeo y del Consejo de la Unión Europea, relativo a la exigencia de no deforestación para exportar a ese mercado, siendo ejecutado por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), la Cámara de Comercio e Industria Boliviano- Alemana (AHK-Bolivia) y la Fundación para el Desarrollo Forestal (Fundeforest), esperando que este ejemplo impulse a más productores y empresas a alinear sus procesos, siendo que el cumplimiento de la sostenibilidad puede asegurar un futuro en el que la agricultura boliviana sea reconocida, respetada y valorada en los mercados más exigentes del planeta.
Publicado: 21 de octubre de 2025
Fuente: IBCE
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