Hoy en día en cada nación de la UE, la mayoría de la gente usa algodón genéticamente modificado (GM), y los animales de granja se alimentan masivamente de soja transgénica importada. Sin embargo, muchos países votan en contra de las autorizaciones de importación de los mismos cultivos transgénicos de los que dependen: cada año se importan más de 60 Kg de soja transgénica para cada uno de los 500 millones de ciudadanos de la UE.
Por el contrario, la mayoría de los agricultores europeos están prohibidos de sembrar cultivos genéticamente modificados.
La Academia Europea de Ciencias ha declarado: “Hay pruebas convincentes de que los cultivos transgénicos pueden contribuir a los objetivos de desarrollo sostenible con beneficios para los agricultores, los consumidores, el medio ambiente y la economía”.
Un informe reciente de la Organización para la Alimentación y la Agricultura confirma que la biotecnología agrícola puede ayudar a los pequeños productores a ser más resistentes y adaptarse al cambio climático. Al igual que las autoridades de seguridad de todo el mundo, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria confirma periódicamente que los organismos genéticamente modificados (OGM) sean tan seguros como los cultivos tradicionales. Sin embargo, a pesar de una historia de 20 años de comercialización de OGM seguros en todo el mundo en una superficie que es más grande que toda el área de las tierras de cultivo agrícola de la UE, los intentos de compartir información sobre los beneficios de los OGM están manchados de forma continua por acusaciones sin fundamento de los grupos de interés contra los transgénicos. Si bien las recientes marchas por la ciencia se centraron principalmente en otras cuestiones, es difícil de encontrar un ejemplo tan impactante sobre la política posterior a la verdad. En muchas partes de Europa, la ideología triunfa sobre la regularidad de la ciencia cuando se trata de organismos genéticamente modificados.
El hecho es que países como Francia, Italia y Alemania no han apoyado la aprobación de los productos OGM seguros incluso para su importación, mientras que otros países como Polonia, Hungría y Bulgaria han estado votando en contra de estas importaciones, a pesar de que sus economías - y la economía de UE - depende de organismos genéticament modificados. Este comportamiento de los votantes es la razón principal por la que Europa ha efectivamente expulsado la ciencia y tecnología de Europa en este campo. Además, la falta de apoyo de las Naciones de la UE para la aprobación de productos seguros se extiende más allá del precedente OGM y ha dañado seriamente la confianza, no sólo en la innovación y la seguridad de los productos, sino también en las instituciones y procesos de la UE.
La Comisión Europea ha reaccionado proponiendo (y algunas veces aplicando) una serie de esquemas legislativos fallidos en los últimos años. Por ejemplo, el derecho a prohibir el cultivo de OGM a nivel nacional, que fue aprobado en 2015, todavía no motiva a más países, como estaba previsto, para apoyar la aprobación en la UE para que al menos los agricultores de otros países pueden disfrutar de acceso a La tecnología. Por supuesto, es también políticamente difícil de justificar, el negar a tus propios votantes y los agricultores la opción de acceder a los cultivos GM sólo para luego conceder a sus vecinos esta elección y las opciones económicas superiores. La última reacción de la Comisión a esta hipocresía es la propuesta de reforma de la comitología. Si bien estamos de acuerdo en que la hipocresía tiene que terminar, no vemos cómo esta nueva propuesta puede lograr este objetivo, como también se describe en nuestro documento de posición.
Mientras que Europa puede, hasta cierto punto, ser capaz de permitirse el lujo de decir adiós a la ciencia y la tecnología, esta política post-verdad tiene efectos en cadena en el mundo en desarrollo. Políticos de la UE ignoran la ciencia OGM “políticamente inoportuna”, dijo el premio Nobel Sir Richard Roberts en una entrevista en video, a raíz de su co-autoría de una carta ahora firmada por más de 120 premios Nobel, que insta a Greenpeace para que abandone su campaña contra los transgénicos y contra el arroz dorado. La carta se pregunta: “¿Cuántas personas pobres en el mundo deben morir antes de considerar esto un crimen contra la humanidad?”
La agricultura de la UE debería contribuir a la innovación sostenible. Pero, ¿quién va a innovar, mientras que la política y el miedo pongan obstáculos a la ciencia? A través de tecnologías de apoyo, tales como los cultivos GM, los agricultores en Europa y en el mundo en desarrollo pueden contribuir a la seguridad alimentaria y catalizar un mayor desarrollo económico.
Ya en la actualidad, millones de pequeños agricultores en Asia y en el mundo están cultivando los cultivos GM, pero muchos países, entre ellos algunos de los más pobres en África, siguen prohibiendo OGM sin justificación científica, en parte bajo la influencia de los políticos de la UE y grupos de interés con el objetivo de imponer su ideología en el resto del mundo. En tiempos como estos, hay una necesidad de liderazgo político para defender a la ciencia y empezar a tomar las decisiones correctas en los productos que fomenten la innovación y el desarrollo.
Si la buena voluntad no es suficiente para influir en las mentes de Europa, ¿qué tal un poco de auto-interés?
“La prohibición de importar OGM significa acabar con nuestra capacidad de producir alimentos”, dijo el comisionado Vytenis Andriukaitis en 2015. Los hechos demuestran que las prohibiciones de importación de OGM costarían muy caro a Europa. Habría importantes repercusiones económicas para la UE y sus estados miembros, incluyendo a los agricultores y a los consumidores.
Es hora de que la UE se convierta en un líder mundial de tecnologías de apoyo para el avance de la sociedad. Todo lo que se requiere es mejorar la observación y el respeto de la ciencia. Llamamos a los líderes de la UE a que no se pierda esta oportunidad de reconocer los beneficios de la biotecnología y finalmente poner fin a la hipocresía OGM.
Autores: EuropaBio
Traducción: Cecilia González P.
Publicado: 09 de mayo de 2017
Fuente: Politico EU
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