Utilizando edición genética, científicos lograron silenciar un gen clave en el desarrollo de espinas. Las rosas sin espinas serían el avance que abre la puerta a cultivos más fáciles de recolectar, beneficiando a los floricultores al reducir esfuerzo y tiempo en su cosecha y poscosecha.
Rosas sin espinas pueden ser una realidad gracias a los avances en la biotecnología moderna. Utilizando edición genética, científicos en New York y España han logrado silenciar un gen que participa en el desarrollo de espinas en la planta, basándose incluso en estudios previos de otras especies donde este avance ha tenido éxito.
El camino de las rosas sin espinas con edición genética
Científicos del Laboratorio Cold Spring Harbor de Nueva York y de la Universitat Politécnica de València, se propusieron investigar el gen clave en la producción de espinas. Todo comenzó con el análisis de estudios realizado en la berenjena, una planta también conocida por tener espinas que dificultan su recolección.
Los investigadores identificaron una mutación en el gen LOG (*LOnely Guy*), que estaba relacionada con la producción de hormonas y, curiosamente, con la aparición de espinas. Al comprobar que este gen influía en otras plantas con espinas como la berenjena, pasas, los científicos decidieron aplicar la técnica de edición genética CRISPR para silenciar el gen LOG en rosas.
El resultado fue positivo: no solo se obtuvieron rosas con muy pocas espinas, sino que la planta no tuvo otra variación en el cultivo, su calidad y crecimiento fue el mismo.
Rosas sin espinas: un escenario diferente para los floricultores
Este avance biotecnológico puede tener un impacto enorme en el comercio. Las espinas no solo son molestas para los consumidores, sino también peligrosas para los trabajadores agrícolas, quienes enfrentan riesgos de lesiones durante la manipulación y cosecha.
Con la eliminación de espinas, el trabajo en los campos sería mucho más seguro, eficiente y rápido. Además, la manipulación de las flores, tanto durante su cultivo como en su transporte, sería menos propensa a causar daños, lo que podría reducir las pérdidas poscosecha.
Por otro lado, los científicos estiman que las rosas sin espinas podría hacer que los consumidores se sintieran más atraídos a comprarlas, ya que no tendrían que lidiar con las incómodas espinas al decorar sus hogares o regalar flores. Esto podría aumentar significativamente las ventas, beneficiando a toda la cadena de producción.
Además, este avance no solo se limita a las rosas. Cultivos como las moras, las berenjenas e incluso algunos tipos de tomates también se beneficiarían de la eliminación de sus espinas.
Este tipo de avances demuestra cómo la biotecnología está transformando la agricultura para hacerla más eficiente y segura. La eliminación de espinas en los cultivos agrícolas es solo un ejemplo de cómo la ciencia está contribuyendo a optimizar cada eslabón de la cadena productiva, desde el campo hasta el consumidor final.
Publicado: 08 de octubre de 2024
Fuente: CRISPR en plantas
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