La soya es el principal producto de exportación argentino pero en los últimos años sufre cierto estancamiento en superficie sembrada y volumen producido. Ahora, gracias al talento de los científicos locales, podrá dar un nuevo paso adelante. Investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) desarrollaron una nueva línea de la oleaginosa con un potencial notable para mejorar los rendimientos.
Este logro fue alcanzado gracias a un proyecto de colaboración entre el CONICET, la Universidad Nacional de Rosario y una empresa en genética vegetal. El equipo de investigación, liderado por la especialista Julieta Bianchi en el Laboratorio de Eco Fisiología Vegetal (LEFIVE) del Instituto de Investigaciones en Ciencias Agrarias de Rosario (IICAR, CONICET-UNR), consiguió una variedad de soya que produce el 60 por ciento de sus vainas con cuatro semillas, en lugar de las tradicionales tres.
Esta mejora es significativa, dado que las variedades comerciales actuales solo producen menos del 7% de vainas con cuatro semillas.
“Esta característica tiene un impacto directo en el rendimiento del cultivo, lo que puede traducirse en mayores rendimientos para los productores”, señaló Bianchi.
Vainas cosechadas de una planta de soya del programa de introgresión, con un alto porcentaje de vainas de cuatro semillas, obtenidas a campo (Mayo 2024). (Foto: Julieta Bianchi).Vainas cosechadas de una planta de soya del programa de introgresión, con un alto porcentaje de vainas de cuatro semillas, obtenidas a campo (Mayo 2024). (Foto: Julieta Bianchi).
Buscan introducir la nueva línea de soya en el mercado
La variedad, conocida como “Tango 4S”, ya está registrada en el Registro Nacional de la Propiedad de Cultivares del Instituto Nacional de Semillas. El próximo paso será realizar pruebas a campo en distintas regiones del país para evaluar su desempeño en diversas condiciones, señalaron.
“El convenio firmado es un claro ejemplo de cómo la vinculación entre ciencia y tecnología puede beneficiar a la producción nacional”, destacó Bianchi.
Subrayó la importancia del apoyo de instituciones públicas y empresas del agro, en la materialización de proyectos innovadores.
La idea original fue concebida por el ingeniero agrónomo Eligio Morandi, quien dirigió el grupo de trabajo del LEFIVE del CONICET durante más de 40 años. Aunque Morandi falleció, su visión sigue viva a través del actual director, el investigador Juan Pablo A. Ortiz, quien continuó el legado de investigación vinculado al sistema productivo.
Asimismo, la investigadora Bianchi explicó que el proyecto se gestó mientras ella realizaba su posdoctorado en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
Bianchi se postuló para ingresar a la Carrera del Investigador Científico y Tecnológico del CONICET (CIC) con un proyecto tecnológico que requería la colaboración de una empresa adoptante.
La empresa GDM, a través de su marca Don Mario, se convirtió en socio estratégico en esta etapa, facilitando el desarrollo y la aplicación de la nueva tecnología.
Los primeros pasos del proyecto
La investigación comenzó con la necesidad de establecer la estabilidad y heredabilidad de la característica, recordó la investigadora.
En ese sentido, se planteó en qué medida las variaciones en el porcentaje de vainas con cuatro semillas se debían a la genética o al ambiente.
Durante las investigaciones, el equipo de LEFIVE se centró en los aspectos fisiológicos, genéticos y moleculares asociados a la nueva línea de soya. A pesar de que el rendimiento de los cultivos puede estar influenciado por factores ambientales como sequías o deficiencias nutricionales, los estudios mostraron que la característica de las cuatro semillas por vaina tenía un alto grado de heredabilidad, evidenciando una fuerte determinación genética.
Finalmente, Bianchi destacó que el éxito del proyecto es un testimonio de la integración entre ciencia y tecnología en la producción agrícola.
La colaboración entre el CONICET, la UNR y GDM permitió convertir una idea innovadora en una realidad que promete mejorar significativamente el rendimiento del cultivo de soyaen Argentina.
Publicado: 17 de septiembre de 2024
Fuente: Clarín Rural
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