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25 MAYO

HISTORIAS INSPIRADORAS

Cabañera y polista: pasa medio año entre vacas y el resto, entre caballos

Cabañera y polista: pasa medio año entre vacas y el resto, entre caballos

Es la menor de seis hermanos y divide su vida entres sus dos pasiones, siempre en el campo. Con 26 años, la vida de Clara Martínez Ferrario está muy lejos de las rutinas y de las oficinas.



Se divide por semestres. La mitad del año la pasa en su cabaña El Amargo, en el norte de Santa Fe, y el resto en Buenos Aires, entre caballos, jugando en la temporada de polo.

Ella es la más chica de seis hermanos, cuatro mujeres y dos varones, nacidos y criados en San Miguel, Bella Vista, unos kilómetros al oeste de la Capital Federal.

Hace 32 años, su padre, Eduardo, contador y administrador de empresas, compró un campo en Villa Minetti y junto a él, la liquidación de una cabaña de bovinos de raza Braford de genética australiana, y a partir de ahí comenzó a armar su propio rodeo para El Amargo. Aunque en ese entonces él no estaba vinculado con la actividad agropecuaria, siempre se sintió atraído por la vida rural ya que su papá se dedicaba a la agricultura y a la ganadería en Uruguay.

Desde su infancia Clara disfrutó pasar sus días en ese campo, entre animales, y poco a poco fue aprendiendo cada una de las tareas ganaderas. “Siempre trabajé en la cabaña, desde muy chiquita, por ahí lo tomaba como un juego, como cualquier chico o adolescente; para mí venir a Corrientes, a las exposiciones, era una diversión pero trabajaba, ayudaba”, repasa. Aunque su intervención de manera más activa, “teniendo el peso de la responsabilidad”, comenzó en 2017.

A los 16 años, Clara pisó por primera vez una pista en una exposición, presentando terneros. A partir de ahí empezó a hacerlo con asiduidad, algo inusual en el rubro donde la tarea es realizada siempre por varones. De hecho, en las últimas competencias nacionales de las distintas razas, no hubo otra mujer que pisara una pista, solo Clara. En esta edición de la Expo Nacional de Razas organizada por Expoagro en Corrientes, presentó un ternero y tres adultos.

“Lo que me ayudó un montón es que Ernesto Guzmán, nuestro cabañero de toda la vida, que estuvo desde que se compró el campo, tuvo mucha paciencia para enseñarme. Todo lo que hoy sé cuando entro a la pista me lo enseñó él”, remarca agradecida. “Ernesto me daba los animales ariscos y me decía: "Negra, aguántalo". Nunca hizo diferencia entre hombre y mujer”, recuerda.

“Yo tuve un entorno que aportó, en mi familia tampoco hicieron diferencias conmigo por ser mujer, me exigían a la par, en el buen sentido. Es más un tema cultural el que hay que romper. Las mujeres podemos hacer este trabajo al igual que los hombres, perfectamente”, sostiene.

“Lejos de ser una contra, tengo una diferencia a favor porque al ser mujer y ser la única, tengo beneficios, por ahí me ayudan más”, comenta y se ríe.

El Amargo

La cabaña El Amargo está dentro de un monte de Villa Minetti que se loteó y los animales permanecen allí, entre los árboles, en corrales donde se los prepara para ir a las exposiciones. Hoy, cuentan con 400 madres y desde hace algunos años, también receptoras, ya que trabajan con embriones. “Tenemos nula consanguinidad, hace 32 años que tenemos generaciones avanzadas, cada individuo está registrado en la Asociación Braford con su genealogía certificada, tenemos el árbol genealógico de al menos siete generaciones avanzadas que podemos ver en el mapa y que podemos certificar”, destaca Clara. “Es un rodeo pero cada animal se trabaja de manera independiente, cada uno es algo diferente”, subraya.

En la cabaña hacen inseminación artificial y luego repaso con toros, además recurren a embriones. “Adquirimos donantes de otras cabañas porque con el trabajo que tenemos de nula consanguinidad estamos incorporando sangre externa constantemente”, explica la productora. El semen es de toros líderes de la raza y usan sus propias madres como donantes y como plantel. “Muchos de los individuos que traemos a las exposiciones son hijos de nuestro rodeo general, pocas veces traemos un ejemplar producto de un embrión porque ya los de nuestro rodeo general nos dan la calidad como para poder traerlos a estas competencias”, señala.

La comercialización la realizan en su remate anual, cada invierno. Allí, normalmente venden 80 toros y 80 vaquillonas. Este año lo harán en julio en la Sociedad Rural de Tostado.

El día a día

“Mi día a día es muy complicado”, dice Clara y se ríe. “Juego al polo desde septiembre a marzo que es la temporada, en esos meses estoy con los caballos y me instalo en Buenos Aires, pero viajo cada un mes o 20 días al campo, y a veces, antes de las exposiciones, lo hago semanalmente”, cuenta. Entre octubre y diciembre, durante la época más fuerte de ese deporte, “generalmente desaparezco de la cabaña”, indica. Ahora, desde hace tres semanas está en Villa Minetti y se quedará hasta agosto cuando vuelva empezar a girar su rueda. Allí, Clara volverá a Buenos Aires con sus doce caballos. Ellos también son itinerantes. “Fuera de temporada los llevo al campo para que descansen y en agosto los vuelvo a llevar a General Rodríguez”, explica.

En plena temporada de polo, Clara entrena todos los días y juega los partidos de los distintos torneos. El año pasado, por caso, jugó el Abierto para Wolfpack y en 2021 para La Ensenada. “Este año tengo casi cerrado el equipo, me faltaría terminar de cuadrar los sponsors y demás”, señala.

En cuanto al desempeño deportivo, expresa: “Me va más o menos, de las buenas soy la peorcita pero me permite jugar el Abierto, no tengo problema en decirlo, estar ahí para mí ya es un logro importante”.

En el semestre del año destinado a las vacas, Clara asegura que está “más a full todavía” que en los otros meses. “Me dedico a las exposiciones y nos preparamos para nuestro remate anual. Los últimos 20 días, por ejemplo, estuvimos preparando los animales para venir a la Nacional de Corrientes”, relata.

Es que detrás de cada animal que llega a una competencia hay mucho trabajo: alimentación, amanse, sanidad, pelo, pezuñas, registros, entre otras tantas, enumera la productora. “Yo no lo hago, yo estoy, pero somos un equipo con Pablo Godoy a la cabeza, que es el encargado, quien toma las decisiones importantes bajo el ala de mi papá, él está día a día en el campo, además de todos los cabañeros y también mi hermano Felipe que es médico veterinario, somos un montón”, detalla Clara.

Su padre sigue al frente pero ha delegado gran parte de las responsabilidades en sus dos hijos. “Está tranquilo porque confía plenamente en nosotros”, asegura la joven. Tal es así que este año, Eduardo no fue a la Nacional de Corrientes, dejó todo en manos de Clara y Felipe, que presentaron ocho animales, todos machos: dos terneros y seis adultos.

Los tres se llevan “perfecto”, pero como en toda relación familiar “a veces es una batalla campal porque tenemos la confianza para enfrentarnos y discutir, pero la verdad es que funciona muy bien”, afirma Clara. “Intentamos que cada uno tenga un rol y no superponernos, y si nos superponemos es a modo de ayuda o consejo más que de intervención”, explica.

El futuro

Clara terminó de cursar sus estudios de Veterinaria a mediados de 2021. “La carrera la hice al día, me quedaron tres finales por dar pero cuando terminé de cursar, en pandemia, me puse a trabajar de lleno en la cabaña, lo tengo que hacer en algún momento de mi vida pero la verdad es que no me estresa”, admite.

Por lo pronto, Clara seguirá dividiendo su año y su vida entre sus dos pasiones, tal como lo viene haciendo. “Lo he pensado mucho, ha sido un tema que me ha pesado un montón decidir adónde apuntar porque es como el dicho: el que mucho abarca poco aprieta”, confiesa. Y ella quería “apretar” en alguna de las dos actividades: la cabaña o el polo. “Sabía que podía dar más en cada una de ellas y no lo lograba porque no le dedicaba todo el tiempo a cada una, pero las dos me apasionan, entonces estuve dos años pensando y finalmente me amigué con la idea, entendí que si estoy bien así, no apretaré tanto pero mientras pueda, voy a seguir haciendo las dos cosas”, argumenta.

“Antes me atormentaba cuando pensaba en el futuro, hoy voy día a día. No pienso tanto en objetivos a largo plazo sino a corto”, afirma.

Publicado: 25 de mayo de 2023

Fuente: Clarín

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