El desarrollo y uso de materiales amigables con el planeta puede generar modelos comerciales nuevos y más sostenibles, y contribuir a construir una infraestructura sólida para los recursos biológicos renovables.
Los precios de los fertilizantes subieron un +116 % en un año. Si bien la guerra de Ucrania y la crisis energética enfatizan la urgencia de poner fin a la dependencia de Europa de las importaciones rusas, un proyecto financiado por la UE tiene como objetivo crear nuevas cadenas circulares y de base biológica en la agricultura. “El momento de actuar es ahora”, dice el padre de la bioeconomía, Christian Patermann. “No es un lujo, sino una oportunidad”.
“La producción de alimentos requiere fertilizantes y los fertilizantes requieren energía. Si los precios de la energía se disparan, los precios de los fertilizantes y los alimentos también se dispararán”. Cuando Edward Someus advirtió sobre el impacto de la guerra de Ucrania en la agricultura, el conflicto se había desatado durante unas pocas semanas. Unos meses después, las predicciones del ex coordinador del proyecto Nutriman y director general de 3R-BioPhosphate Ltd. son ampliamente superados por los hechos. Según Eurostat, en un año el precio medio de los bienes y servicios que se consumen actualmente en la agricultura creció más de un tercio, con los de fertilizantes y enmiendas del suelo, saltando un +116 %. Junto con el nitrógeno, el fósforo es uno de los principales nutrientes utilizados para los fertilizantes, pero a excepción de una mina de fosfato en Finlandia, Europa depende en un 90% de las importaciones, especialmente de Rusia, que ahora están fuertemente afectadas por la guerra. Un número creciente de expertos coinciden en que la recuperación de nutrientes es una prioridad para evitar una crisis alimentaria mundial . Buscando respuestas también está B-Ferst, un proyecto financiado por la UE destinado a “cambiar el paradigma de los fertilizantes” mediante la creación de nuevas cadenas circulares y de base biológica, a partir de los biorresiduos. Su enfoque circular es un elemento clave de la "Estrategia de bioeconomía", actualizada por la Comisión Europea en 2018. El pasado mes de junio se adoptó un informe de progreso, pero el concepto se remonta a 2012. Christian Patermann, durante mucho tiempo director de programas de la Comisión Europea y ahora conocido internacionalmente como el “padre de la bioeconomía”, fue su principal teórico.
Los precios de los fertilizantes subieron un +116 % en un año. Si bien la guerra de Ucrania y la crisis energética enfatizan la urgencia de poner fin a la dependencia de Europa de las importaciones rusas, un proyecto financiado por la UE tiene como objetivo crear nuevas cadenas circulares y de base biológica en la agricultura. “El momento de actuar es ahora”, dice el padre de la bioeconomía, Christian Patermann. “No es un lujo, sino una oportunidad”.
“La producción de alimentos requiere fertilizantes y los fertilizantes requieren energía. Si los precios de la energía se disparan, los precios de los fertilizantes y los alimentos también se dispararán”. Cuando Edward Someus advirtió sobre el impacto de la guerra de Ucrania en la agricultura, el conflicto se había desatado durante unas pocas semanas. Unos meses después, las predicciones del ex coordinador del proyecto Nutriman y director general de 3R-BioPhosphate Ltd. son ampliamente superados por los hechos. Según Eurostat, en un año el precio medio de los bienes y servicios que se consumen actualmente en la agricultura creció más de un tercio, con los de fertilizantes y enmiendas del suelo, saltando un +116 %. Junto con el nitrógeno, el fósforo es uno de los principales nutrientes utilizados para los fertilizantes, pero a excepción de una mina de fosfato en Finlandia, Europa depende en un 90 % de las importaciones, especialmente de Rusia, que ahora están fuertemente afectadas por la guerra. Un número creciente de expertos coinciden en que la recuperación de nutrientes es una prioridad para evitar una crisis alimentaria mundial. Buscando respuestas también está B-Ferst, un proyecto financiado por la UE destinado a “cambiar el paradigma de los fertilizantes” mediante la creación de nuevas cadenas circulares y de base biológica, a partir de los biorresiduos. Su enfoque circular es un elemento clave de la "Estrategia de bioeconomía", actualizada por la Comisión Europea en 2018. El pasado mes de junio se adoptó un informe de progreso, pero el concepto se remonta a 2012. Christian Patermann, durante mucho tiempo director de programas de la Comisión Europea y ahora conocido internacionalmente como el “padre de la bioeconomía”, fue su principal teórico.
Traducción: Cecilia González P.
Publicado: 10 de noviembre de 2022
Atrás12-09-2024