Food Bullying, como lo define Michele Payn, autora de un libro innovador con el mismo nombre, «literalmente le quita la comida de la mano a alguien, eliminando la elección, creando emociones o forzando a un individuo a pensar en grupo».
Por lo general, se ha aplicado a los esfuerzos de grupos de activistas y blogueros de redes sociales que reprenden e intimidan a las personas por sus elecciones de alimentos y trabajan activamente para influir en la política alimentaria y las elecciones de alimentos en los menús y los estantes de las tiendas. Ahora, la UE está utilizando el acoso alimentario como política comercial
El programa De la granja a la mesa en Europa está diseñado para regular la producción de alimentos en la UE y promover el movimiento orgánico entre los consumidores europeos. Requiere que los agricultores utilicen prácticas agrícolas de la Edad Media y limita las opciones de alimentos de los consumidores a solo lo que es "orgánico". Esto ha llevado a precios más altos de los alimentos, menos opciones de alimentos y una tasa de pérdida de cultivos superior al 25 % en algunos países. El peligro real, sin embargo, es que están exportando activamente esta política al resto del mundo y están utilizando técnicas de Food Bullying para restringir el comercio en otros países.
Esto se hace de dos formas. El primero es restringir las importaciones de productos alimenticios que, aunque seguros, no coinciden con las restricciones de sus métodos de producción que se centran principalmente en la biotecnología. El segundo es retener la ayuda u otros incentivos económicos a los países que usan y aceptan la biotecnología. Esto se está haciendo en varias regiones de África y es el caso de varios países en desarrollo que necesitan desesperadamente la productividad y los beneficios para la salud de la biotecnología.
La UE afirma que su sistema es más "sostenible" y tiene menos impacto ambiental. "Te harían creer que simplemente esparcen polvo orgánico de hadas sobre los cultivos", dijo John Entine, del Proyecto de Alfabetización Genética. Según Entine, cuando se trata del uso de sustancias químicas tóxicas en la producción de alimentos, EE.UU. ocupa el puesto 59 en el mundo. "Todos los países de la UE utilizan más sustancias químicas por hectárea que los EE.UU. Esto se debe a que la biotecnología ha permitido a los EE.UU. reducir significativamente el nivel de sustancias químicas tóxicas utilizadas en la producción de alimentos". En los últimos 50 años, la agricultura de EE. UU. Ha aumentado la producción de alimentos utilizando un 78 % menos de tierra y un 41 % menos de agua.
Este movimiento está vivo y creciendo aquí en los estados de EE.UU., Incluidos California y Vermont, con fuertes movimientos orgánicos que establecen restricciones locales sobre qué alimentos se pueden vender y cómo deben etiquetarse y producirse. Con el tiempo, estas normas son adoptadas por empresas de todo el país, lo que nos obliga al resto de nosotros a aceptarlas incluso si pensamos que son un montón de tonterías. Así que terminamos con agua libre de OGM, sal sin OGM y champú orgánico.
Es importante que toda la agricultura estadounidense enfrente y aborde esta tendencia. “En el mundo agrícola, se están eliminando las opciones en productos o prácticas comprobados. También se trata de agricultores que se intimidan entre sí cuando uno elige cultivar de manera diferente a su vecino y es condenado al ostracismo. También son activistas en los campus universitarios que evangelizan o la madre que sabe todo en tu muro de Facebook avergüenza a la gente”, dijo Payn. Los aranceles comerciales han sido el centro de atención en los últimos años, pero es necesario abordar enérgicamente el acoso alimentario como barrera comercial.
Traducción: Cecilia González P.
Publicado: 22 de septiembre de 2020
Fuente: La Nación
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