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ARGENTINA: La soja que rindió 9200 kilos por hectárea

ARGENTINA: La soja que rindió 9200 kilos por hectárea

Los rendimientos sojeros se multiplican y responden a la tabla del tres. Mientras que el promedio nacional ronda poco más de 3.000 kilos por hectárea, los lotes de punta superan los 6.000 kilos. Pero el techo obtenido a nivel de campo es más alto. Ya se han medido rindes en zonas de algunos lotes o en parcelas que muestran que la oleaginosa ya pasó la barrera de los 9.000



Los rendimientos sojeros se multiplican y responden a la tabla del tres. Mientras que el promedio nacional ronda poco más de 3000 kilos por hectárea, los lotes de punta superan los 6000 kilos. Pero el techo obtenido a nivel de campo es más alto. Ya se han medido rindes en zonas de algunos lotes o en parcelas que muestran que la oleaginosa ya pasó la barrera de los 9000. Y va por más.

En la campaña reciente los ingenieros agrónomos Máximo Pizarro y Mauro Palmano, asesores que también manejan su propia producción sobre campos arrendados, sembraron un lote de 118 hectáreas en un campo de Rancagua, a unos 20 kilómetros de Pergamino. El rinde promedio fue de 5.916,78 kilos por hectárea. La precisión del dato es mérito del medidor de rendimiento con el que estaba equipada la cosechadora. Y fue ese mismo instrumento fue el que marcó 9202 kilos en una zona del lote. ¿A qué se debe? "Esa porción del lote estuvo ocupada hasta hace pocos años por una tapera rodeada por antiguos corrales, mientras que el resto de la superficie lleva muchas décadas de agricultura", explicó Pizarro. Pero el técnico considera que también jugaron otros factores a favor del alto rinde que manifestó todo el lote y que por supuesto se magnificó en esa zona con alta fertilidad.

Por un lado tuvieron un buen soporte genético al usar una variedad de Nidera que viene mostrando un muy buen comportamiento: la NS 4619 IPRO STS. "Pero creo que otro factor decisivo fue la siembra temprana, el 14 de octubre, en un año que arrancamos con los perfiles cargados y luego las lluvias acompañaron durante todo el ciclo del cultivo", dijo Pizarro. "Y tuvimos la suerte de cosechar el 23 de marzo, pocos días antes del temporal de lluvias que complicó el avance de la cosecha en la mayor parte del área agrícola del país", agregó.

En el manejo del cultivo no hubo descuidos. Antes de la siembra se hicieron dos tratamientos para mantener el barbecho limpio de malezas. El primero a fines de junio y el segundo a fines de septiembre. En ambos casos las dosis fueron de 1,5 litros de glifosato, con 0,5 litro de 2,4 D, más 5 gramos de metsulfurón.

La siembra se realizó con un equipo a placas a una distancia de 35 centímetros entre hileras. "Sembramos con una densidad de 13 semillas por metro buscando llegar a la cosecha con 32 plantas por metro cuadrado", puntualizó Pizarro. Eso llevó a la utilización de aproximadamente 70 kilos de semilla por hectárea.

Las semillas fueron tratadas con Rizopack 102, que combina un inoculante líquido de alta calidad con un fungicida terápico de alto espectro de control. En la siembra se fertilizó con 70 kilos por hectárea de una mezcla recomendada para el cultivo de soja que contiene fósforo, azufre, potasio y calcio.

Con posterioridad a la emergencia el control de malezas se reforzó con una mezcla de 1,8 litros de glifosato, 250 centímetros cúbicos de imazetapir y 200 centímetros cúbicos del coadyuvante Rizospray. Y al momento del cierre del surco se aplicó 1,5 litro por hectárea de glifosato.

Por último, a principios de enero, cuando el cultivo se encontraba en R3 -comienzo de fructificación- el lote de 118 hectáreas recibió una aplicación de 300 centímetros cúbicos del fungicida Amistar, más 0,5 litro de aceite, más 300 centímetros cúbicos del insecticida Salomón para el control de chinches y 1,5 litros del fertilizante foliar YaraVita Glytrac que es altamente concentrado en calcio, nitrógeno, boro y zinc.

Al sintetizar los factores que determinaron el alto rinde, Pizarro señala como claves "la siembra temprana en una campaña que no tuvo limitantes de humedad, la distancia entre hileras de 35 centímetros, la variedad y el haber mantenido el lote libre de malezas durante todo el período del cultivo".

Futuro alentador

Pero los rendimientos de la soja no paran de crecer y los genetistas anuncian que lo seguirán haciendo. Ezequiel Pozzo, gerente de investigación de Latam Sur de Don Mario, explicó que "en las parcelas de investigación con variedades experimentales hemos obtenido rindes de 9.200 kilos con siembras ultra tempranas en el establecimiento El Retoño de la localidad de Santa Isabel, cercana a Venado Tuerto". El especialista describió que se trata del campo de un productor con el que vienen trabajando desde hace más de 10 años, "que mantiene una excelente rotación alternando soja sobre maíz".

"Siempre en esa zona y con fechas de siembra muy tempranas es donde hemos obtenido los máximos rendimientos", dijo Pozzo. "Para nosotros -agregó-, desde el punto de vista de la investigación, los rendimientos de 9.200 kilos no están sobrestimados ya que el programa de mejoramiento genético viene mostrando una tasa de ganancia del potencial de rendimiento del 1,6% anual".

El técnico remarcó que las micro parcelas (de las que siembran 1,2 millón por año) son superficies muy reducidas (de 4 surcos por 6 metros de fondo). "Los 6.000 o 6.200 kilos por hectárea que hace 10 o 15 años obteníamos en estas parcelas hoy los encontramos en lotes de productores. Por lo tanto, sobre la base de los 9.200 kilos actuales podemos esperar que dentro de 5 o 6 años estemos alcanzando los 10.000 kilos en estas parcelas que utilizamos a nivel de investigación", analizó.

Publicado: 13 de septiembre de 2016

Fuente: LaNación

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