Ante las consecuencias del cambio climático, diferentes instituciones desarrollan investigaciones para generar nuevas variedades de cultivos de papa, maíz y arvejas resistentes a la sequía, granizada y abundantes precipitaciones, mismas que pueden tardar hasta 8 años en ser liberadas
Asimismo, los investigadores consultados por este medio resaltaron la necesidad de elaborar un plan nacional en conjunto con el Gobierno central.
En este sentido, el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF), el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA), la Fundación de Promoción e Investigación de Productos Andinos (PROINPA) y el Centro de Investigaciones Fitoecogenéticas Pairumani de la Fundación Simón I. Patiño impulsan proyectos que buscan paliar los efectos del cambio climático.
El coordinador de proyectos de PROINPA, Pablo Mamai, desarrolló una investigación para identificar las reacciones de siete variedades de papa en condiciones de sequía.
Como resultado, se identificó que las plantas que carecen de agua desarrollan menor cantidad de tallos y generan mayor número de tubérculos como “estrategia de subsistencia”, aunque esto no represente una mayor productividad.
Las investigaciones de PROINPA luego son puestas a disposición de otras instituciones para que desarrollen nuevas investigaciones sobre producción de semillas y nuevas variedades.
En tanto, el director regional de CIPCA Cochabamba, Juan Carlos Alarcón, explicó que las familias agricultoras no sólo deben afrontar la sequía, además tienen que trabajar con una temporada de lluvias más corta de febrero a marzo y con un incremento en las precipitaciones.
En ese sentido, CIPCA se enfoca en la recuperación de las semillas nativas, que son más resistentes que otras variedades introducidas, a través del fortalecimiento del riego y la mejora de la calidad del suelo. La institución se enfoca en la papa y el maíz en los municipios de Anzaldo y Pojo en Cochabamba, además de Torotoro y Acasio en Potosí.
Por otra parte, la directora del Centro de Investigaciones Fitoecogenéticas de Pairumani, Teresa Ávila, indicó que esa institución trabaja en nuevas variedades de arvejas y maíz tolerantes a la sequía. Precisó que el proceso puede demorar hasta ocho años hasta su liberación.
El INIAF respondió, a través de un cuestionario, que trabajan con material precoz para generar nuevas variedades en rubros como el trigo, arroz, maíz, hortalizas y papas. “En la generación de variedades, se cuenta con material precoz que permita, por esa característica, escapar a los periodos de sequía”, sostuvo. Sin embargo, no precisó si se liberaron especies en la presente gestión.
Publicado: 14 de diciembre de 2017
Fuente: Los Tiempos
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